El
nacionalismo se reforzó a raíz de las revoluciones liberales burguesas. Este concepto además de terminar
con los vínculos personales en que se encontraba la lealtad al señor feudal o
el someterse a un monarca absoluto; consistió en un nuevo tipo de relación: la
de ciudadano libre, dentro del marco del Estado-nación, formado por una unidad
integrada por factores en común,
como la lengua, la cultura y la historia.
Este
movimiento se intensificó con la Revolución Francesa, ya que era un medio de
exaltación de parte de la nación frente a la monarquía ya existente en ese
momento. Además la Revolución Francesa, junto con las Guerras Napoleónicas,
habían logrado difundir el nacionalismo por el continente europeo , dándoles a entender a las personas que las
poblaciones que compartían muchos factores, entre ellos, un origen étnico, unos
mismos ideales políticos y una lengua tenía el derecho de formar
estados independientes.
Pero esto
fue totalmente ignorado por las fuerzas dinásticas u reaccionarias, que en el congreso de Viena realizado en el año
1815, decidieron el destino de los asuntos europeos.
En un
clima donde el nacionalismo extremo se encontraba muy presente se desarrolló
tanto el militarismo como la política exterior de las potencias. En Europa la
imagen del enemigo externo encendía la euforia nacionalista.
Los Estados Unidos, utilizaban la propaganda como forma de motivación para integrar a las personas a las fuerzas armadas.
A comienzos
de siglo XX, el movimiento de la “Gran Serbia” consistía en abarcar a todos los
pueblos lazos económicos y culturales. Sin embargo, algunos de esos pueblos se
encontraban en áreas del Imperio turco o
Austria-Hungría.
El nacionalismo
serbio para formar un gran estado intentó sublevar las comunidades eslavas. Los
nacionalistas serbios tuvieron a los paneslavistas rusos como aliados. El
paneslavismo pretendía formar una gran familia de la cual Rusia fuera “la
hermana mayor”.
Alemania,
quien había sufrido un gran crecimiento
económico, su participación en el reparto colonial, sin éxito. Esa fue la
razón por la que el gobierno alemán optó
por una política agresiva que alarmó a las potencias rivales.
Los nacionalistas alemanes soñaban con llevar a su
país al rango de primera potencia, anexando a su paso territorios que se consideraban de origen
germano. Esta política se la conoce como pangermanismo.
Francia utilizaba métodos
muy parecidos a los Estados Unidos solicitando
que sus habitantes apoyaran a su país
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